EUROPA
PRESS
10 julio
2019
El
ejercicio mejora la función cerebral en personas obesas
Una nueva investigación de la
Universidad de Tubinga (Alemania) muestra que, además de sus beneficios para el
metabolismo, el estado de ánimo y la salud en general, el ejercicio también
mejora la función cerebral.
En estudios recientes, los investigadores descubrieron que
las personas obesas y con sobrepeso son propensas a la
resistencia a la insulina en el cerebro, donde proporciona información sobre el
estado nutricional actual, así como el resto del cuerpo. Por ello, los
investigadores querían saber si el ejercicio puede mejorar la sensibilidad a la
insulina en el cerebro y mejorar la cognición en personas con sobrepeso.
En la nueva investigación, dirigida por la doctora Stephanie Kullmann, 22 adultos
sedentarios con sobrepeso u obesidad (con un IMC promedio de 31) se sometieron
a dos exploraciones cerebrales antes y después de una intervención de
ejercicios de 8 semanas, incluido el ciclismo y la caminata.
La función cerebral se midió antes y después de usar un
aerosol nasal de insulina para investigar la sensibilidad a la insulina del
cerebro. Los participantes también fueron evaluados para la cognición, el
estado de ánimo y el metabolismo periférico.
A pesar de que la intervención con ejercicios solo derivó en
una pérdida de peso marginal, las funciones cerebrales importantes para el
metabolismo se "normalizaron" solo después de 8 semanas.
El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo regional en áreas
del cerebro importantes para el control motor y los procesos de recompensa, los
cuales dependen de la dopamina, que es un importante neurotransmisor para el
aprendizaje de nuevas habilidades motoras y en el aprendizaje relacionado con
la recompensa, y esta investigación muestra que el ejercicio mejora
significativamente la función cerebral relacionada con la misma.
Un área en particular, el cuerpo estriado, tuvo una mayor
sensibilidad a la insulina después de las 8 semanas de ejercicio, de modo que
la respuesta cerebral de una persona con obesidad después del entrenamiento
físico se parecía a la respuesta de una persona con peso normal.
Curiosamente, cuanto mayor es la mejora en la función
cerebral, más grasa abdominal pierde una persona durante el ejercicio de la
intervención. Desde el punto de vista del comportamiento, los participantes
informaron sobre una mejora en el estado de ánimo y el cambio de tareas, que a
su vez es un indicador para mejorar la función ejecutiva.
"La conclusión es que el ejercicio mejora la función
cerebral, resume Kullmann. Y el aumento de la
sensibilidad a la insulina en las regiones cerebrales relacionadas con la
dopamina a través del ejercicio puede ayudar a disminuir el riesgo de que una
persona desarrolle diabetes tipo 2, junto con los beneficios para el estado de
ánimo y la cognición".